CHESLIN KOLBE, BOLSA DE BASURA EN MANO, NO DUDÓ EN RECOGER EL CAMPO DE RUGBY
El respeto por el lugar en el que juegas y la disciplina son algunas de las cosas más importantes que se enseñan en el deporte. En este caso, Cheslin Kolbe, jugador sudafricano de rugby del equipo francés Stade Toulousain y uno de los mejores alas del mundo, no dudo ni un segundo en tomarse un tiempo para recoger la basura que quedó por el campo tras finalizar su partido contra el conjunto irlandés Munster Rugby.
Una vez finalizado el partido de cuartos de final de la Heineken Champions Cup y cuando los jugadores comenzaron a dispersarse por el campo, se vio al jugador internacional de los “Springboks” recogiendo las vendas, cintas y botellas de plástico vacías que utilizan habitualmente todos los equipos y que se quedaron en el césped del Thomond Park, el estadio del conjunto rival.
Muchos aseguran que la tradición en el rugby de limpiar el terreno de juego y los vestuarios usados cuando tu equipo es visitante viene de muy lejos y que se lleva haciendo desde hace décadas.
La imagen Cheslin Kolbe, campeón del mundo con la selección de Sudáfrica en el pasado mundial de Japón, con la bolsa de basura en mano después de la victoria de su equipo refleja exactamente cuando los comportamientos de un deportista están sincronizados con sus valores.
Cuando ambos van en la misma dirección, se obtiene un óptimo rendimiento dentro y fuera del campo.
Independientemente de si es uno de los mejores jugadores del mundo o no, este es un gran ejemplo de lo que muchos más jugadores y espectadores podrían y deberían hacer.
Aunque sea de forma simbólica, que los grandes jugadores de un equipo incentiven la limpieza de las instalaciones al final de un partido, trasladaría al resto de deportistas, tanto profesionales como amateurs, la necesidad de trabajar con humildad y determinación para mejorar.
No siempre es fácil encontrar este tipo de actitudes en el mundo del deporte, aunque esta tendencia no es tanto una práctica (limpiar) como una filosofía subyacente. Algo así como un “no te creas más de lo que eres” a cada finalización de partido.
Todo un ejemplo a seguir el de Kolbe, demostrando que una victoria, por mucho que nos llene de alegría y se celebre, no impide que el civismo y la buena educación reinen en una plantilla de jugadores.
Un gesto admirable que nos recuerda que siempre hay que mostrar la mejor versión de uno mismo, incluso cuando nadie esté mirando. Incluso cuando eres una gran estrella.