Antonio Merino Mandly
Doctor y Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Ex Jefe de Servicio de Deporte y Juventud Diputación de Málaga.
EDUCAR EN VALORES A TRAVÉS DEL DEPORTE
Se trata de asumir, mediante la experiencia e iniciativas propias, la filosofía que conlleva la “Carta de Derechos del Niño en el Deporte” formulada por la Sección Juvenil de la Asociación Nacional de Deporte y Educación Física, una Asociación de la Alianza Americana para la Salud, la Educación Física, la Recreación y la Danza (Unisport, 1993), y que están en consonancia con la FIEP (Federación Internacional de Educación Física), que plantea:
- Derecho a practicar el deporte
- Derecho a entretenerse y jugar como un niño
- Derecho a disfrutar de un ambiente sano
- Derecho a ser tratado con dignidad
- Derecho a ser rodeado y entrenado por personas competentes
- Derecho a realizar entrenamientos adecuados a sus ritmos
- Derecho a competir con jóvenes que tienen las mismas posibilidades de éxito
- Derecho a participar en competiciones adecuadas a su edad
- Derecho a practicar su deporte dentro de las máximas condiciones de seguridad
- Derecho a tener adecuadas pausas para descansar
- Derecho a no ser un campeón
Como aplicación de este modo de entender las Escuelas Deportivas tratamos de concretar la idea general de “EDUCAR EN VALORES”. Queremos contrarrestar, claramente, la violencia, el juego sucio, las imágenes negativas del deporte y del deportista (los “antivalores”).
Se trata de ser plural y coherente con las ideas que se desarrollan en el proyecto, crear normas, propiciar actitudes, escogiendo libremente los valores, compartirlos y definirlos públicamente. Determinamos los objetivos y contenidos informativos para los alumnos, monitores profesores, dirigentes y/o padres.
Podemos hablar por el contrario de lo que se ha denominado ‘metavalores’. Compartimos la idea de ROMERO GRANADOS (2003) y de TORRES GUERRO (2010), sobre que “el futuro de la iniciación deportiva o del deporte en todos los ámbitos dependerá de la potenciación de determinados valores (sociales, estéticos, políticos, religiosos, éticos, etc.), puesto que son éstos los que deben servir de referencia a la sociedad, a veces desorientada”, el deporte en la sociedad actual representa un referente (¿nueva ‘religión’ de nuestro tiempo?) donde se esperan encontrar referencias para resolver modos de conducta y sentimientos colectivos, donde pueden identificarse individuos y grupos.
Continúa ROMERO planteando que “es el desarrollo y evolución de estos valores humanos los llamados a ocupar un lugar primordial y de privilegio en el campo del deporte, en los educadores y en la colectividad en general”, también en los entrenadores que trabajan fuera del ámbito escolar en el deporte de iniciación (fuera de todo contexto educativo como son las federaciones deportivas) que deben ser conscientes del papel y la influencia que tienen con la primeras edades, no reproduciendo estereotipos perversos que se dan en el deporte espectáculo.
MARINA CUADRADO (2003), habla de diferentes tipos de valores y los centra en tres básicos: valores sociales, valores emocionales y valores éticos. Aunque después se formulen desde otras opciones. Para nuestro programa de intervención con niños y niñas, con los técnicos, padres, organizadores o políticos, se pretende significar que aprender un valor significa que se es capaz de regular el propio comportamiento de acuerdo con el principio normativo que dicho valor tiene.
Los valores no se enseñan; se aprenden, a través de la propia vivencia y reflexión, bajo las propuestas educativas que realiza la institución o el propio educador, técnico deportivo o el padre. Se trata de trasladar actitudes a los alumnos que participan en los proyectos deportivos. Nosotros hemos planteado cuatro valores claves: Autoestima, Tolerancia, Responsabilidad y Cooperación.
A partir de ahí, las clases o entrenamientos semanales, las Ligas Educativas y Formativas, y otras actividades que se dan a lo largo del curso, deben educar en valores: amistad, fidelidad, juego limpio (no violencia), cooperar-compartir-ayudar, ser responsables, ser autónomos, tolerancia (respeto al adversario), la valentía, la lealtad, la ciudadanía, la alegría, el sentido del humor, la paciencia, la deportividad, la frugalidad, etc.
Se trata de ser plural y coherente con las ideas que desarrollan el proyecto. Se pretende escoger libremente los valores, compartirlos y definirlos públicamente. Se intentan crear: NORMAS Y ACTITUDES. Se han de determinar y concretar los OBJETIVOS, CONTENIDOS INFORMATIVOS y las ACTIVIDADES que han de darse en el conjunto de la temporada deportiva, con todas las herramientas posibles (cuadernillos, premios, declaraciones, adhesiones, etc.).
Se dan cuatro valores claves:
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AUTOESTIMA:
Debe fundarse en nuestra capacidad de actuar. MARINA TORRES (2003) entiende al respecto que “prefiere usar el término de ‘sentimiento de la propia eficacia’ en vez de ‘autoestima’, porque me parece más real”, esto implica una experiencia sobre metas concretas y logros en los que el niño puede realizar en las habilidades deportivas con las capacidades motrices su posibilidad de éxito al conseguir su propio nivel. La autoestima debe fundarse en la capacidad de actuar tanto en el error como en los aciertos que se dan en la práctica de las habilidades deportivas, especialmente fuera del diseño curricular de la educación física.
En la práctica del deporte se refuerza mediante la SUPERACIÓN, es el concepto que mide la aplicabilidad de este valor.
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TOLERANCIA:
Tolerancia al estrés, el esfuerzo o la frustración. Tolerancia con el otro. Si estos sentimientos se vuelven angustiosos, van a dificultar la toma de decisiones voluntarias. Se ha convertido frecuentemente en una equiparación de todas las opiniones y creencias. Es uno de los temas que están incluidos en las enseñanzas transversales de la antigua LOGSE. Los programas que hay para fomentar la tolerancia intentan crear hábitos apropiados, enseñando a detectar y a combatir el racismo, favoreciendo cambios emocionales, fomentando una identidad basada en la condescendencia, y en especial educando para la colaboración dentro del grupo, equipo o escuela deportiva. Se valora y expresa como un componente fundamental para la inclusión social.
Como expresión práctica se sustantiva en el JUEGO LIMPIO, es el término propio y su acuñamiento real en el mundo del deporte, seguramente es el más difundido y preciado por la sociedad, que llega a verbalizarlo como DEPORTIVIDAD, en el significado más abierto del término deporte.
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RESPONSABILIDAD:
Como compromiso o carga personal que se adecue al alcance de las posibilidades de los alumnos, asumiendo la parte que les corresponda, en el grado de cumplimiento.
Asumiendo los cuidados sobre tareas específicas en la actividad personal y en las referencias respecto al grupo o equipo. COMPROMISO.
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COOPERACIÓN:
Como capacidad de actuar y aportar juntamente con otro miembro del grupo o con el equipo, relacionalmente establecer vínculos de grupo en el objeto común que se da en la práctica del deporte.
Sea con un individuo o con varios dentro del equipo deportivo, especialmente en condiciones cambiante: con líderes, con otros niños no reconocidos dentro del grupo, etc. SOLIDARIDAD.
Para crear un plan de intervención y evaluación de los cuatro valores clave:
- Adhesión a los cuatro valores.
- Realizar una escala de evaluación de cada uno de los valores: aplicabilidad del PLAN DE ACTUACIÓN EN VALORES (PAV).
- Aplicación de valores por cada trimestre. Seleccionar un valor por trimestre con la promoción adecuada.
- Declaración del representante de valores: MODELO-ACCIÓN. El modelo-acción se basa en escoger una referencia (acontecimiento o persona) relacionada con el deporte. Especialmente con la iniciación deportiva.
Desde la opción del deporte se ha definido y se ha desarrollado la idea del “fair play” o juego limpio, proponemos a los alumnos que participan en nuestros programas, estar de acuerdo con:
ACUERDO CON EL JUEGO LIMPIO
- Jugar siempre conforme a las reglas.
- No discutir nunca con los árbitros y jueces. Cuando una cuestión sea discutible, dejaré que el entrenador, profesor o el capitán del equipo lo solucionen.
- Recordar que estoy jugando porque disfruto con el deporte. Ganar es divertido, pero hay muchas otras cosas en el juego que también lo son.
- Trabajar para dar lo mejor de mí y no desanimarme si no es lo mejor. Siempre habrá jugadores mejores y peores que yo.
- Mostrar el reconocimiento y hasta la admiración por los buenos jugadores y por las buenas jugadas, incluso las de los adversarios.
- Jugar limpio, siempre. Los tramposos no pueden sentirse orgullosos de sus logros.