Francisco Martínez Gómiz
Psicólogo y Coach deportivo
CONSTRUYENDO UNA BUENA RELACIÓN Y UNA GESTIÓN EFICAZ
Cuando l@s niñ@s deciden practicar un deporte no sólo se tiene que tener en cuenta a ellos sino también a sus padres, pues van a ser un elemento que faciliten o dificulten la práctica de ese deporte.
En edades tempranas, hasta que l@s chic@s adquieren cierto nivel de autonomía, los padres son esenciales para la realización de cualquier práctica deportiva pues son ellos los encargados de llevarlos a los entrenos, recogerlos, llevarlos a los partidos, etc. Y esto requiere de organización y logística, algo de lo que los adultos carecemos conforme van aumentando nuestras responsabilidades.
Por ello es fundamental para cualquier club, para cualquier entidad deportiva que integre a los padres dentro de la dinámica del club (o entidad) porque sin ellos resultará complicado un desarrollo correcto de la práctica deportiva de sus hij@s.
Conocemos todas las ventajas de la actividad física y todos queremos que nuestros hij@s practiquen deporte, pero hay tantas disciplinas que deberían probar algunas de ellas para poder elegir cuál es la que más les satisface.
A veces, nosotros como padres condicionamos a nuestros hijos en la elección del deporte: que si fútbol, que si baloncesto, que si balonmano, voley… Y todo ello, en la mayoría de las ocasiones, porque nosotros mismos lo hemos practicado o nos hubiera gustado tener mejores resultados.
Lo ideal sería que el/la propi@ niñ@ experimentará distintas disciplinas: atletismo, artes marciales, hockey, etc., y eligiera en cuál de ellos se lo pasa mejor.
Sí, el objetivo de la práctica deportiva en edades tempranas es que l@s niñ@s disfruten y se lo pasen bien NO GANAR; eso hay que dejarlo para más adelante.
La propia práctica deportiva es el generador de un buen estado de ánimo. Si, además, el/la niñ@ disfruta de ese deporte pues objetivo conseguido. Y en este sentido no hay diferencias entre deporte colectivo y deporte individual pues se trata de entrenar y competir para valorar fuerzas, pero no debería enfocarse para valorar resultados, no son las edades adecuadas para ello.
La práctica deportiva, aparte de saludable, es un profesor que ayuda a transmitir otros conocimientos que difícilmente las materias tradicionales como son matemáticas, lengua o ciencias pueden transmitir. A través de la experiencia en el juego se pueden desarrollar habilidades como la escucha, la atención, la concentración, el trabajo en equipo, la entrega, el sacrificio, la constancia, el esfuerzo, los resultados, la mejora continua… ¿sigo? Aprendizajes todos ellos muy útiles para el futuro.
Al realizar una actividad deportiva, el/la niñ@ adquiere compromiso con el mismo y con los demás, organización, constancia, entrega, lucha, esfuerzo, resultados, aprenden de forma directa y experiencial habilidades para relacionarse positivamente con los demás seres humanos que habitamos en el planeta.
Respeto por tus compañeros, por los árbitros, por el rival, felicidad cuando ganas, capacidad de mejora cuando pierdes, no buscas excusas, te centras en hacerlo mejor la próxima vez y todo ello rodeado de amig@s, de auténtic@s amig@s que dan el 100% como tu hij@.
Pero, para que todo esto se de, hay algunas circunstancias que debemos tener en cuenta:
¿Qué valores difunde el club? ¿Y los entrenadores-monitores?
A lo mejor, yo como padre estoy interesado que se haga especial hincapié en aspectos como el compañerismo y la entrega y en el club o el entrenador solo le importa el resultado, solo quiere ganar.
Ojo con esto, estamos dejando nuestros hij@s en manos de entrenadores-monitores que no van alineados con nuestra filosofía de deporte y el aprendizaje de nuestr@ hij@ no resulta adecuado. Así que, como padres, debemos conocer qué valores son los que rigen el club o entidad deportiva y si el entrenador-monitor de mi hij@ está alineado con esos valores para que tanto la ‘Cultura de Club’, como el entrenador como los padres, transmitamos el mismo discurso a nuestro hij@.
Por ello, como club, tengo que integrar la información necesaria para que los padres conozcan nuestra Filosofía, nuestra Misión, nuestra Visión para que los padres sepan en todo momento qué aspectos son los más importantes en la formación deportiva de mi hij@.
En la otra parte, como padres, tengo que conocer todos esos datos y comprobar si tanto en entrenos como en partidos el comportamiento del entrenador de mi hij@ se ajusta a los valores descritos por el club. No debemos olvidar que a través del deporte l@s chic@s también aprenden y ese aprendizaje es mucho más potente que el que reciben en las aulas porque lo viven en primera persona y eso hace que ‘llegue más’ a l@s niñ@s.
Por ello considero este aspecto fundamental a la hora de que nuestr@ hij@ elija una práctica deportiva, ese deporte debe estar alineado con los valores que me gustaría que se desarrollaran en mi hij@ y el club tiene que asegurarme que así se va a desarrollar durante el tiempo que el/la niñ@ esté en el club.
¿Cuál es nuestro papel como padres?
Facilitarle la práctica deportiva, llevarlos a los entrenos, a los partidos, conocer las horas, fechas, calendarios para poder compaginar la tan difícil vida laboral y personal. Y a partir de ahí…, dejar a los entrenadores-monitores realizar su trabajo.
La figura del padre/madre entrenador en muchos casos no funciona y lo que suele provocar en el/la chic@ es todo lo contrario a lo que pretendemos, que odie la actividad deportiva.
Tratar de corregir al niñ@, aportarle ideas sobre jugadas, sistemas para los que todavía no está preparado, restarle importancia a lo que le sugiere su entrenador…, lo único que vamos a conseguir es confundir a nuestr@ hij@, no saber a quién prestarle atención y desmotivarle en la práctica deportiva.
Como padre/madre tu rol es apoyarle, facilitarle que pueda practicar ese deporte con el que tanto disfruta pero para entrenador ya tiene uno, no puedes ni suprimirle ni completarlo, tu única pregunta tras un partido debe ser ¿te lo has pasado bien?
Importándote tres pepinos el resultado, cuando l@s niñ@s disfrutan el aprendizaje es mayor, así que preocúpate de que lo pasen bien por encima de si han ganado o han perdido.
Si quieres entrenar, o consideras que puedes hacerlo mejor que su entrenador actual, prepárate para sacarte la licencia de entrenador de ese deporte y entonces, si, ponte a entrenar, sino cuentas con la licencia para entrenar mejor no interferir en el trabajo de quien si conoce cómo hacerlo bien.
Durante los partidos trata de animar a tu hij@ y a su equipo, sin menospreciar al rival, ni al árbitro ni a la afición contraria, céntrate en los aspectos positivos del juego de tu equipo, no en lo bien o en lo mal que lo puedan hacer los demás.
No actúes como un hooligan, guárdate los insultos, las palabras mal sonantes, anima a tu equipo con mensajes positivos.
Ya sé que no es lo que ocurre habitualmente en las canchas de juego, hemos sido testigos a través de varios videos como el comportamiento de algunos padres en partidos de sus hijos (benjamines, alevines…, por favor…) dejaban mucho que desear.
Pues bien, si no quieres que el día de mañana tus hij@s repitan ese mismo comportamiento no lo hagas tú. Céntrate en lo que hacen bien, refuérzalos y, tanto si pierden como si ganan, no te olvides de preguntar ¿cómo te lo has pasado?
Disfruta viendo a tu hij@ realizando una actividad deportiva, comparte su ilusión, su entrega, su lucha, aliéntalo cuando las cosas no le salgan como esperaba y se feliz cuando todo se pone de cara.
El deporte puede ser un buen Maestro y cada actor que participa en el (club, monitores, hij@s, padres) asumen su rol.