¿Se preparan a los entrenadores para educar y transmitir los valores del juego limpio?
Guillermo Plaza Picón
Entrenador Superior de Balonmano
Estamos acostumbrados a escuchar palabras como juego limpio o fair play pero ¿quién debe transmitir estos valores en el deporte? A continuación os dejamos con unas reflexiones extraídas de la ponencia que hizo Guillermo Plaza durante las jornadas de ‘Formación para Formadores de Deportistas en Edad Escolar: Almería Juega Limpio 2011/12’.
La primera aportación que realizó se refería a la necesidad de formar en valores a los deportistas ya que “es necesaria esta formación específica en el alumnado/jugadores para que puedan ser en un futuro ciudadanos activos con gran calidad personal. Por este motivo, las acciones educativas que en este sentido ejecuten los entrenadores pasan a ser fundamentales en la configuración de la personalidad de las personas a las que dirigen en su actividad física.
El deporte encerrado en sí mismo, en cuanto a competición como fin único llevado al extremo, puede llegar a adolecer de los valores positivos que puede aportar su práctica con una perspectiva más abierta y plural, ya que ésta ofrece a niños y niñas la posibilidad de experimentar sensaciones y movimientos que les ayudarán a desenvolverse mejor en los ámbitos de la vida, promoviendo en ellos hábitos de participación, entrega y colaboración común”.
Así, “los entrenadores deben procurar que los deportistas interactúen con sus compañeros, valorando la motivación de actitudes positivas, fomentando el respeto, la participación, la colaboración y el juego limpio”.
Ahondó en esta reflexión analizando determinados aspecto del Decreto de Enseñanzas Deportivas de la Junta de Andalucía, concreta-mente lo recogido en el art. 2.g. que establece que se deben “desarrollar y transmitir los valores éticos vinculado al Juego Limpio, el respeto a los demás, a la práctica saludable de la modalidad deportiva y al respeto y cuidado del propio cuerpo”.
Igualmente, hizo referencia al Plan de Talentos Deportivos de Andalucía que entre sus objetivos incluye el de “formar jugadores competitivos con espíritu de grupo y valores deportivos”.
En base a estas disposiciones, continuó su intervención cuestionando si realmente se prepara a los entrenadores para que transmitan todos esos valores: “La dirección de equipos es una asignatura básica en la que, durante mi experiencia, me he encontrado normalmente con entrenadores que repiten modelos ya instalados o vividos por ellos en su época de jugador, en la que lo primordial siempre ha sido ganar.
La formación educativa a través de la práctica deportiva no tiene que estar necesariamente en contradicción con la mentalidad competitiva. Hay que enseñar a ganar y a perder, siendo respetuoso con el contrario. Nos gusta la competición, pero no todo vale para ganar y no merece la pena ganar si ganar supone ser antideportivo.
Ser un buen entrenador no es un trabajo sencillo. Por ello, es primordial asumir el compromiso cuando abordamos la tarea de dirigir un equipo y, además de cumplir con las tareas deportivas propias del puesto, debemos imprimir en el grupo a nuestro cargo los valores adecuados, incidiendo en la formación en valores positivos durante el día a día, entrenamiento a entrenamiento y, sobre todo, durante el desarrollo de la competición. Tanto al comienzo como al final del partido se debe tener una charla con los jugadores en la que se hable, reflexione e incida sobre lo ocurrido en el encuentro a nivel técnico y conductual”.
Los equipos suelen ser imagen de sus entrenadores, por lo que sus acciones y comportamientos influyen en los niños y niñas. Entre las tareas que hay que realizar en la dirección de equipos, destaca y propone las siguientes:
- Cuidaremos la forma de dirigirnos a nuestros jugadores y al resto de participantes en la competición.
- Intentaremos que tomen conciencia de grupo.
- Les daremos pautas de comportamiento correctas con el árbitro, contrario, público y sus propios compañeros, cumpliendo el reglamento y colaborando, respetando al contrario y jugando con fair play.
- Todos los jugadores son importantes, hay que hacer rotaciones, ya que el jugar bien no significa que los buenos jueguen más minutos.
- Transmitirles que para nosotros importa más la actitud que el resultado de ese día.
Tenemos que reforzar comportamientos referidos al comportamiento como ayudar a levantarse a un contrario, aplaudir la acción del compañero o del contrario, reconocer las faltas, animar desde el banquillo, etc.
Para finalizar el autor nos deja esta reflexión: “Hay que felicitar y reconocer el esfuerzo de todas las personas comprometidas con la formación de nuestra juventud, fomentando la adquisición de hábitos permanentes de actividad física y deportiva, como elemento para su desarrollo personal y social”.
Se puede consultar la ponencia completa (‘La dirección de los partidos como medio para la transmisión de valores positivos’) en http://deportes.dipalme.org/public en el apartado correspondiente a Almería Juega Limpio / Zona Almería Juega limpio / Formación.