EL EQUIPO CADETE B DE LA UD ALMERÍA DA UNA LECCIÓN DE DEPORTIVIDAD.
El apartado semántico de la expresión “Fair Play” o “Juego Limpio” se refiere como comportamiento leal y sincero además de correcto en el deporte, especialmente fraternal hacia el contrincante “oponente”, respetuoso ante el árbitro y correcto con los asistentes. Es decir, acciones del juego en las que se respetan en todos los sentidos al rival y a todos los integrantes, y en el que, además, se muestra una imagen correcta y de respeto máximo.
A principios de la temporada pasada, el Poli Aguadulce visitaba Almería para enfrentarse a la UD Almería B en la categoría Cadete. El partido transcurría con normalidad y a los pocos minutos del comienzo de la segunda parte, ganando los locales por 1-0, un delantero del Aguadulce quedó tendido en el terreno de juego al recibir un fuerte golpe en la espalda tras un choque con un defensa del UDA.
Nadie se dio cuenta de esta circunstancia y siguió el juego y, en medio del desconcierto de los rivales pidiendo echar el balón fuera y sin percatarse los locales de lo sucedido, marcan gol (2-0). Pero el entrenador almeriense, José Miguel Marcos “Maikel”, si que se dio cuenta y no lo dudó un momento.
“Maikel” llamó a sus jugadores a la banda y les explicó la situación. Así que cuando se reinicia el juego, los futbolistas del Almería se quedan inmóviles, dejando que el rival marque a placer (2-1). Vino a dar la casualidad de que el Aguadulce se puso 2-2 al siguiente minuto, pero ni siquiera en ese momento hubo dudas de que se había hecho lo correcto. Maikel estaba satisfecho de su decisión, “lo nuestro era jugar, los chicos reaccionaron bien”.
Podemos hacer muchas lecturas de lo sucedido, pero este gesto de deportividad nos reconcilia con la esencia, con lo que no debería perderse nunca en el deporte. Y también nos debería hacer reflexionar sobre el espacio que ocupa en la programación de un cuerpo técnico trabajar desde los valores como motores que interactúan y le dan plenitud al proyecto de trabajo.
Los valores del deporte deberían forjarse desde las categorías inferiores, en los jugadores más jóvenes. Lamentablemente demasiadas veces ni siquiera se pierden esos valores. Simplemente, no se les invita al entrenamiento o al partido.
Si hay actitudes de los que tomar ejemplo son estos. De esta vivencia seguro que los chavales del equipo almeriense se sentirán orgullosos toda la vida y siempre lo recordarán con todo detalle, mejor que cualquier partido ganado o perdido. Algo que vale tanto como ganar un campeonato de liga.