Antonio Zarauz Sancho
Doctor y Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Entrenador Nacional de Atletismo.
EXCELENCIA EN EL JUEGO LIMPIO PARA LLEGAR A LA EXCELENCIA COMO PERSONA Y DEPORTISTA
En un lugar de la Cancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un muchacho de los de honor por bandera, educación antigua, algo flaco, todo un Corredor.
Valga este plagio al maestro Cervantes para poder resaltar nuevamente lo que debería ser norma común en toda persona. Se trata de recordar el gesto del atleta vitoriano Iván Fernández Anaya en el Cross de Burlada (Navarra) del pasado 2 de diciembre 2012. Faltando escasos metros para entrar a la meta, Iván corría en segunda posición tras el campeón olímpico de 3.000 metros obstáculos en Londres 2012, el keniano Abel Mutai. El africano, creyendo que ya había llegado a la meta, aflojó el paso y comenzó a saludar al público, que le gritaba diciéndole que aún no había cruzado la meta.
Al alcanzarle, Iván, consciente de que Mutai no entendía lo que le decían, se colocó a su espalda y poco menos que lo empujó unos metros hasta la meta para que entrar detrás de su rival, al cual Iván consideraba justo vencedor.
Al preguntarle por su gesto, el corredor vitoriano, con absoluta normalidad, casi extrañado de la sorpresa que entrañó su acción, explicaba que aunque se estuviese jugando en esa carrera el ser seleccionado para acudir al Campeonato de Europa de Campo a Través, él hubiese hecho lo mismo.
La acción de Iván ha tenido cierta repercusión mediática, vídeo en youtube, algunas crónicas en periódicos de mayor o menor importancia, y no mucho más. Afortunadamente, el Área de Deporte y Juventud de la Excelentísima Diputación Provincial de Almería tuvo la vista de saber premiar en su Gala de las Estrellas Almería Juega Limpio 2013 a esta persona por hacer algo que, siendo completamente normal para él, ¿cuántos de nosotros habríamos hecho lo mismo?
La educación en valores es el pilar fundamental de la educación de una persona. El ejemplo de Iván debe servirnos a todos de inspiración, fundamentalmente a todos aquellos que nos dedicamos al noble arte de entrenar y educar a jóvenes deportistas, para que progresen a la par como personas y como deportistas, algo que de no ser así, no merece la pena hacer.
Al margen del noble gesto de Iván, afortunadamente, hay muchos gestos bonitos de verdadera nobleza, juego limpio y deportividad en nuestro entorno.
Resulta cuanto menos esperanzador ver a la niña de 4 años de la foto felicitando a las rivales de todas las edades con un bonito “Buena carrera” tras cruzar la meta en un cross, tanto a las que llegaron por delante de ella, como a las que llegaron por detrás.
Particularmente, ya sea en mi faceta de padre, educador, investigador o entrenador, me siento obligado a fomentar este juego limpio en cada uno de mis pupilos, e igualmente, me siento verdaderamente orgulloso de comprobar como mis mejores atletas, a su vez, son los mejores como personas.
El momento de comenzar a educar en el juego limpio, la tolerancia, el respeto, la solidaridad, camaradería, igualdad…, y en una palabra, deportividad en estado puro es, por parte de los padres, desde el nacimiento de sus hijos y, por parte de los entrenadores, desde el mismo comienzo en que un niño empieza en su Escuela Deportiva. ¿Cuántos talentos deportivos no habremos visto que sabemos que jamás llegarán a la élite del deporte por “no tener bien amueblada su cabeza”?
Por desgracia, a nadie se le escapa que son cotidianos los ejemplos de picardía, marrullería, juego sucio e, incluso, de xenofobia y violencia en nuestro deporte. Por ello, es absolutamente necesario preguntarse qué parte de responsabilidad tenemos cada uno de nosotros en que se produzcan estos tristes ejemplos.
Desafortunadas expresiones como “el más listo de la clase”, por ejemplo, por parte de algún periodista deportivo al narrar en directo un partido y referirse a un jugador que acaba de engañar al árbitro fingiendo un penalti, en poco ayudan a ello.
Escuchar las burradas (valga la expresión) que le dicen los padres a los árbitros, e incluso a los jugadores del equipo rival, en cualquier partido de alevines de cualquier deporte en un domingo cualquiera, tampoco ayudan en nada al Deporte con mayúsculas ni a la formación como personas de sus hijos.
Por ello, se hacen absolutamente necesarias campañas de concienciación como la felizmente emprendida por el Área de Deporte y Juventud de la Excelentísima Diputación Provincial de Almería de premiar en una Gala expresamente estos nobles gestos de Juego Limpio, para que sirvan de ejemplo e inspiración a todos; deportistas, padres, entrenadores, periodistas, dirigentes, etc.
Recientemente tuve el placer de ir a participar con un par de equipos de mi EDM “Atletas de Almería” al Encuentro Educativo de Promoción “Jugando al Atletismo”, organizado por Área de Deporte y Juventud de la Excelentísima Diputación Provincial de Almería en la localidad de Pechina. Desde un principio, la RFEA concibió “Jugando al Atletismo” para promocionar y hacer llegar el atletismo de manera fácil y divertida a los colegios, con el objetivo de que esos niños que participasen en equipos diferenciados por sexos, al final acabasen por “engancharse” a la Escuela de Atletismo más cercana a su domicilio.
Sin embargo, cuando me enteré que los técnicos de Deportes de la Diputación habían “rizado el rizo” incluyendo en su Encuentro Educativo de Promoción “Jugando al Atletismo” la posibilidad de participar con equipos mixtos, no lo dudé ni un instante; inscribí únicamente a un equipo benjamín mixto y otro alevín mixto.
Como educador, la idea era hacer olvidar a mis atletas el carácter puramente competitivo propio de las competiciones a las que habitualmente asisten, fomentándoles no sólo su espíritu de superación, sino la paridad entre sexos, su colaboración en equipo, tolerancia, respeto, diversión y juego limpio. Prueba tras prueba, al margen de que ganasen la mayoría de ellas, cada uno de ellos iba felicitando y animando a compañeros y rivales, lo cual llamó poderosamente la atención de los presentes, valiendo la felicitación personal por parte de la alcaldesa de Pechina y el aplauso unánime de todos los presentes durante la entrega de Trofeos (http://goo.gl/2ZxB9q).
Puedo afirmar sin lugar a dudas que ha sido el día que más felices les he visto. Por eso, este tipo de Encuentros Educativos resultan el marco ideal de referencia no sólo para la promoción deportiva, sino para lo que es más importante, la educación en valores de todos y cada uno de nuestros hijos.