Ainara Bernal García
Colegiada 54.694. Cogerente y directora técnica COLEF Andalucía.
POR UNA EDUCACIÓN FÍSICA DE CALIDAD
Que hay una relación directa entre ejercicio físico, deporte y la salud es algo que la ciencia viene demostrando desde hace mucho tiempo a través de infinidad de estudios. Por suerte, esto que la ciencia demuestra es asumido por los propios políticos y la sociedad en general, sin embargo, no se ve reflejado lo suficiente en medidas concretas y modificaciones en la normativa que evidencie que se toman en consideración las directrices de las organizaciones internacionales en materia de educación y de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ya en 2010 elaboró y difundió las “Recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud” que tenían por objeto prevenir las enfermedades no transmisibles (ENT) mediante la práctica de actividad física en el conjunto de la población, y sus principales destinatarios eran los responsables de políticas de ámbito nacional y regional. Así, por ejemplo, en los niños de 5 a 17 años, es decir, toda la etapa desde educación primaria a bachillerato, se recomienda la práctica de, al menos, 60 minutos diarios, además, afirman que la actividad física que se realice por un tiempo superior a 60 minutos diarios reportaría un beneficio aún mayor para la salud de los/as niños/as.
Unos años más tarde, en 2015, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) publicó la “Carta internacional de la educación física, la actividad física y el deporte”, la que animamos a leer y de la que de su articulado se desprenden conceptos de gran interés para el progreso social y mejora del nivel de vida. En este sentido, se reconoce el acceso a la educación física, la actividad física y el deporte como un derecho fundamental de todo ser humano. Especialmente relevante es la amplia gama de beneficios a las personas, las comunidades y la sociedad en general que reporta la práctica, pero que es fundamental que se disponga de espacios, instalaciones y equipos adecuados y, por supuesto, las actividades de enseñanza, entrenamiento y administración relacionadas con la educación física, la actividad física y el deporte deben encomendarse a un personal cualificado.
La situación de pandemia que estamos viviendo ha vuelto a poner de manifiesto la necesidad de promocionar políticas de educación física de calidad. En este mismo sentido, la UNESCO en febrero de este mismo año se manifestaba haciendo un llamamiento a la inversión en educación física de calidad para apoyar la recuperación post- COVID-19. En esta publicación expone que “La COVID-19 ha puesto de relieve el valor de la buena salud y la capacidad de recuperación (física, mental, social y económica). Casi una cuarta parte de la población mundial tiene una condición de salud subyacente que aumenta su vulnerabilidad ante el virus. Los problemas de salud mental han aumentado exponencialmente durante la pandemia, especialmente entre los jóvenes. La inactividad física puede considerarse ahora como una pandemia paralela, que contribuye a 5 millones de muertes prematuras al año.” Igualmente, recoge que “…la educación física de calidad se basa en la igualdad de oportunidades para que todos los estudiantes tengan acceso a un plan de estudios equilibrado e inclusivo.” De aquí la reivindicación que se lleva haciendo, tanto desde el Consejo General como desde los diferentes colegios autonómicos de Licenciados en Educación Física y en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte de Andalucía, desde hace tantos años para que se incorpore en la oferta educativa en todos los niveles una hora de educación física al días que asegure su práctica deportiva mínima recomendada sin que dependa de los contextos y situaciones individuales del alumnado, que puede ser favorecedor o no, ya que, tal y como afirma la UNESCO, “la participación en programas de educación física de calidad mejora la salud física, disminuye los trastornos mentales crónicos y fomenta la resiliencia socioemocional. También se presenta como una solución de alto impacto y bajo costo para desarrollar hábitos deportivos en los estudiantes que les durarán toda la vida.”
Es por todo esto y en base a una profunda argumentación científica, que el Consejo General de la Educación Física (Consejo COLEF) ha elaborado y difundido el Manifiesto por una Educación Física de Calidad en el desarrollo reglamentario de la LOMLOE que cuenta en la actualidad con 14.240 apoyos en Andalucía y 128.005 en total en todo el panorama nacional. El posicionamiento declara lo siguiente:
- La Educación Física escolar es la única asignatura en la que se contribuye a que el alumnado, además de adquirir las competencias esenciales, sea competente a nivel motriz para afrontar las tareas físicas a las que se enfrente durante toda su vida.
- La Educación Física escolar garantiza la equidad para alcanzar los niveles mínimos de actividad física que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- El alumnado de Formación Profesional Básica y de Grado Medio tiene el mismo derecho de acceso a una Educación Física de Calidad que el resto de adolescentes de sus mismas edades que estudian Secundaria y Bachillerato.
- La Educación Física en Bachillerato debería contemplarse como una oportunidad para hacer descender la tasa de abandono de la práctica físico-deportiva, así como una materia fundamental para la orientación académica de multitud de estudiantes.
- Es imprescindible una nueva definición y actualización de los elementos curriculares de la materia de Educación Física, para acercarlos a la realidad del trabajo en las aulas.
- La Educación Física escolar debe impartirse por verdaderos/as especialistas que cuenten con una formación de base lo suficientemente robusta para garantizar la calidad, así como proteger la salud y seguridad del alumnado.
Por lo tanto, se solicita:
- Que se alcancen al menos 3 horas semanales de Educación Física escolar en todas las etapas educativas, como medida equitativa e inclusiva para la alfabetización motriz y la disminución de la inactividad física y el sedentarismo.
- Que se introduzca la materia de Educación Física en los Ciclos de Formación Profesional de Grado Básico y Medio, como una medida necesaria para atender a sus derechos fundamentales, promover su salud y prevenir futuros riesgos derivados de las ocupaciones laborales en las que se están formando.
- Que en 2º de Bachillerato se incorpore la Educación Física como materia obligatoria con el fin de frenar la tasa de abandono de la práctica físico-deportiva en esta etapa, así como por la cada vez mayor orientación del alumnado hacia titulaciones de FP y universitarias de la educación física, la actividad física y el deporte, o que integran contenidos relacionados.
- Que los elementos curriculares que se establezcan en la normativa de desarrollo de la LOMLOE sean actualizados, consensuados y den orientaciones claras a todo el personal docente la materia de Educación Física.
- Que el personal docente de la materia tenga las competencias, la formación inicial y el desarrollo profesional continuo apropiados para el desarrollo cabal y la seguridad de todas las personas a su cargo (UNESCO, 2015). En Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional debe ser requisito obligatorio para el ejercicio de la docencia de Educación Física la titulación universitaria en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
A pesar de toda la argumentación existente, aún no podemos descansar de nuestra eterna reivindicación de “una hora de Educación Física al día”. En Andalucía, al amparo de la Orden de 15 de enero de 2021, por la que se desarrolla el currículo correspondiente a la etapa de Educación Secundaria Obligatoria en la Comunidad Autónoma de Andalucía, se regulan determinados aspectos de la atención a la diversidad, se establece la ordenación de la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado y se determina el proceso de tránsito entre distintas etapas educativas, aunque las sesiones de esta materia como asignatura específica obligatoria solo alcanzan las 3 o 2 sesiones a la sema, dependiendo del curso, sí que sería posible que los centros educativos oferten hasta 5 sesiones a la semana a través de materias de diseño propio y ampliación de horario.
Por finalizar con una visión esperanzadora, se presenta ahora, tras la modificación de la Ley Orgánica de Educación, una buena oportunidad para que la normativa de desarrollo de la LOMLOE plasme estas solicitudes basadas, entre otras, en las indicaciones de la UNESCO.